martes, 14 de julio de 2015

CRISIS POSITIVA EN EL FÚTBOL por Mariel Benger


El contexto actual del deporte se encuentra caracterizado por la globalización, mezcla de procesos positivos que logran acortar las distancias entre los países relacionándolos en la interacción de distintas culturas y, procesos negativos por los cuales los países dominados pierden su identidad ante los poderes financieros de aquellos que se sostienen y se fortalecen.
Entre estos, se juega la privatización y la manipulación de los medios de comunicación donde impacta todo proceso global a partir de los avances tecnológicos y las políticas centralizados en la economía que pretende una cultura monopolizada.

Lo que deviene en tiempos de crisis, cambios de paradigmas, desestructuraciones de las redes deportivas de las que se desprenden las más íntimas problemáticas que abarcan al sujeto deportista, mientras sueña y construye su destino.

Es de necesidad nacional descomprimir las instituciones globales que abarcan este deporte, lo utilizan y lo determinan, para que pueda conservarse la significativa pasión social que lo identifica.
En este contexto, los grupos de profesionales que juegan futbol se encuentran y desencuentran en la cancha para responder al espectáculo, y allí se juegan las identidades que cuentan luego la historia del deporte, donde el juego no es solo del sujeto que juega a la pelota si no del que lo sigue y lo toma como un modelo.

Por otro lado, está el hincha, que hoy sigue a su hinchada más que al gol de su ídolo, porque la hinchada ¨ lo organiza y lo contiene ¨, entonces la pasión se va de la cancha y el juego solo viste una bandera con símbolos politizados que decae en la violencia que hoy lo protagoniza.

Es en el deporte donde se forman las integraciones de los equipos, sus habilidades psicomotrices y sus niveles psicofísicos, como también los vínculos Inter y extradeportivos y los sueños de aquellos que esperan llegar a serlo todo, copiando las conductas del modelo, sean estas dirigidas o no a la construcción del deporte.

En el análisis de esta situación, el juego deportivo es una ideología social que genera modelos representativos ejerciendo una poderosa influencia sobre el ámbito de los clubes, siendo estos centros educativos y comunitarios que contienen a los que comienzan en los valores sociales, se hace imprescindible afrontar problemáticas que intervienen en los grupos desde los factores externos que los afectan para que puedan mantenerse en un juego limpio y grupal.

El deportista, entonces, queda expuesto en una actitud contradictoria entre la realidad social que sostiene múltiples presiones que paralizan el juego lúdico que debe conservar el deporte sosteniendo aún su naturaleza competitiva y la superación de metas y el compromiso con el mismo y con el grupo de pertenencia que se manifiesta ante toda esa presión. 
 
Entre las demandas socioeconómicas y sociopolíticas que manejan estos sucesos violentos se pierde la búsqueda del resultado en el gol, siendo el poder quien lo gestiona. 
 
Entonces, el espacio de juego se transforma en un espacio de enjuiciamiento, donde la conducta del futbolista, a merced del rol social que cumple, se paraliza pasando a ser el espectador de la violencia institucional, convirtiéndose a su vez, desde la actitud que adopta, en un violento mas.
Por otra parte, tratar de obtener explicaciones y comprender los hechos esta sujeto a su propia necesidad de seguir el juego, de respetar el deporte, sacar del curso la violencia, suceso que en el mismo momento entra en la historia.

Es posible para el sujeto deportista hacerse cargo, quedando parado en el centro de la cancha en un rol condicionado a lo que se espera del el? La polémica juega su papel entre las organizaciones que discuten un posicionamiento de poder, donde el objetivo político y económico es más importante que el fin social que tiene el deporte.

Se siente contenido el jugador, mientras lo impacta el acontecimiento que detiene la pelota y suspende el juego? Se proyecta ahí toda necesidad que el jugador tiene de conservar su imagen y su trascendencia en el histórico social, siendo la violencia la nueva ideología deportiva, donde se pone en juego la cultura.

Los grupos se rotulan desde las grandes convocatorias de masas donde se mediatizan las instituciones quedando involucrados en este modelo de estructura deportiva que imponen su consumo como estilo de vida también en los vínculos extradeportivos.

Benger Mariel
Integrante del Curso Introductorio Psicología Social y Deporte